Peruanos: corredores que no caminan.
Actualmente, en el Perú, se está escuchando reiteradas y excesivas veces que la educación sexual
de los hijos es un ámbito que les pertenece exclusivamente a los padres, y solo ellos tienen el
derecho y la potestad de enseñarles acerca de este tema. El gran problema de esto, es que a la
misma vez proviene de ellos mismos una enorme ausencia de conocimientos sobre el asunto.
Muchos padres de familia simplemente prefieren adaptarse a no hablar de algo muy importante
debido a temas muy delicados, como puede ser la religión.
Se dice delicado no porque el tema sea algo de gran magnitud, sino porque más bien tiene la
apariencia de serlo. Muchas personas se limitan a no hablar sobre la sexualidad porque creen que
la doctrina les prohíbe a realizar actos de libertad con sus propios cuerpos, llevando esta creencia
de generación en generación. En la última prueba de PISA 2015 (Programa Internacional para la
Evaluación de Estudiantes), Perú ha sido la nación que ha mostrado un mayor progreso entre los
demás países de América Latina. En compresión lectora subió 14 puntos, de los 384
obtenido en el 2012 a 398, llegando a la ubicación 62 de la lista, destacándose como el quinto país
que más creció en el área.
Aun así, cada día, 15 niñas de entre 11 y 15 años se convierten en madres, poniendo en riesgo su
salud y su futuro. En 2015, dieron a luz 1,500 niñas aprox. de entre 11 y 14 años, y 3,950 de 15 años.
Los mayores registros ocurrieron en la selva (40% en promedio), y en los departamentos de la costa
norte del Perú, tales como: Tumbes, Tacna, Ica y Lambayeque.
Entonces, ¿Por qué en la práctica no se nota el progreso colectivo? Sencillamente porque la
educación peruana, por más avance que parezca mostrar, no se desliga del pensamiento
dogmático. Aunque nuestro país muestre todas las intenciones universales de realizar y proponer
nuevos métodos de aprendizaje, si estos se reducen a seguir una creencia materializada –la biblia-
porque lo dictan nuestros padres, efectivamente vamos a retroceder mucho más veces de las que
avanzamos.
La fe no nos priva del razonamiento lógico. Es eso lo que debemos realmente poner en práctica,
para que eventualmente, hablar de partes del ser humano y las necesidades básicas que eso
conlleva, no se vea desde una perspectiva satanizada, como lo vivimos día tras día, teniendo como
consecuencia miles de adolescentes peruanos tomando el tema de la sexualidad a la ligera y peor
aún, llegando al libertinaje, realizando prácticas de este ámbito de manera incorrecta y no
teniendo la edad suficiente para poder lidiar con ellas.
En estos factores también se incluye la política que tiene el gobierno sobre la sexualidad.
Aparentemente, los gobernantes quieren mostrar moralidad a través de leyes insensatas que
detienen el enriquecimiento de conocimientos de los individuos, denegando información valiosa
para su formación. La Ley General de Salud ejerce esto que se acaba de pronunciar. Menores de
edad no están autorizados de recibir aprendizaje sobre sus propios cuerpos, a menos que estén
acompañados de sus padres, lo cual, los cohíbe aún más.
Todo esto da como resultado, individuos que se introducen a ellos mismos a un mundo que desconocen
en su totalidad, debido a la prohibición continúa de este, con razones que no trascienden en el
razonamiento de quien las escucha, y aun así accediendo a medios como la televisión que les transmite
aquel contenido diariamente. Es por esto que, en el Perú, los niños corren sin haber aprendido a
caminar.
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